miércoles, 16 de marzo de 2011

de donde se origina el agua

De donde se origina el agua?
El agua se origina  en la masa de agua de los continentes o mares. Es subterránea porque el agua viene de una masa de gran cantidad.



El volumen de agua tiene más cantidad de agua en los mares que en los lagos o circulantes, las masas más extensas pueden alcanzar millones de km2.






 El agua también se origina de la planta de bambú:
Bambú es el nombre común, de origen indio, aplicado a todas las plantas arboriformes con tronco leñoso y forma de caña. El género de las monocotiledóneas incluye la familia de las gramíneas, la cual incluye a su vez la subfamilia de los bambúes. También produce agua.


El agua también se podría  originar de las lluvias cuando las nubes evaporan el agua de los lagos ríos etc... De día estos producen agua. Este proceso  se  le llama ciclo hidrológico o ciclo del agua, también cuando los polos se derriten se transforman en agua fría.

miércoles, 9 de marzo de 2011

miercoles de ceniza sagrado

MIERCOLES DE CENIZA:
Miércoles de ceniza, fiesta religiosa. Para la Iglesia Católica, es el primer día de la Cuaresma, que culmina con el Domingo de la Resurrección. Cientos de católicos se congregarán en las iglesias del país para recibir la imposición de la ceniza. Este ritual, que encierra el significado de la renovación del espíritu, simboliza el inicio de la Cuaresma.

¿Por qué miércoles?
Cuando en el siglo IV, se fijó la duración de la cuaresma en 40 días, ésta comenzaba 6 semanas antes de la Pascua (Para calcular la fecha de la Pascua se usaba el computus), en domingo, el llamado domingo de “cuadragésima”. Pero en los siglos VI-VII cobró gran importancia el ayuno como práctica cuaresmal. Y aquí surgió un inconveniente: desde los orígenes nunca se ayunó en día domingo por ser “día de fiesta”, la celebración del día del Señor. Entonces, corrieron el comienzo de la Cuaresma al miércoles previo al primer domingo.
Imposición de la ceniza
Este día, que es para los católicos día de ayuno y abstinencia, igual que el viernes santo se realiza la imposición de la ceniza a los fieles que asisten a misa. Estas cenizas se elaboran a partir de la quema de los ramos del domingo de ramos del año anterior, y son bendecidas y colocadas sobre la cabeza o la frente de los fieles como signo de la caducidad de la condición humana; como signo penitencial, ya usado desde el antigua testamento;  y como signo de conversión, que debe ser la nota dominante durante toda la Cuaresma.
En el rito católico la imposición de la ceniza es realizada por el sacerdote sobre los fieles. El sacerdote puede hacer una cruz con la ceniza en la frente de los fieles o dejar caer un poco de ceniza en su cabeza. En el caso de los clérigos se puede aplicar en la tonsura.
Recuerdo lo que nos impresionaba de niños la imposición de la ceniza. Nos mirábamos el inicio del pelo a ver qué quedaba de lo que nos dejó el sacerdote con aquel “eres polvo y en polvo te convertirás”. ¿Por qué esas sensaciones un poco tremendistas sobrenadan en nuestros recuerdos sobre otras más alegres en lo que a la Iglesia se refiere?
Sin embargo quizás por la sensibilidad poética yo me encuentro entre los que piensan mucho en la muerte y en la fugacidad del tiempo. En este sentido la ceniza tiene un lado auténtico. La vida se va en un suspiro, y eso nos debe ayudar a contemplar su esencia. Pero es falso que seamos polvo. Si acaso, como decía Quevedo, “somos polvo, más polvo  enamorado”. Desde el creador sopló sobre él adquirimos la capacidad de amar y odiar, de saltar sobre el espacio y el tiempo, de cambiar. En ese sentido la otra fórmula para imponer la ceniza utilizable después del Vaticano II, “convertíos y creed en el Evangelio”, me parece más positiva.
Cuando en el siglo IV, se fijó la duración de la Cuaresma en 40 días, ésta comenzaba 6 semanas antes de la Pascua (Para calcular la fecha de la Pascua se usaba el Computus), en domingo, el llamado domingo de “cuadragésima“. Pero en los siglos VI-VII cobró gran importancia el ayuno como práctica cuaresmal. Y aquí surgió un inconveniente: desde los orígenes nunca se ayunó en día domingo por ser “día de fiesta”, la celebración del día del Señor. Entonces, corrieron el comienzo de la Cuaresma al miércoles previo al primer domingo. Esto sucedía después del Carnaval, que procede de la necesidad de consumir toda la carne existente, porque no existían procedimientos de conservación, antes de que llegara el periodo de ayuno y abstinencia, lo cual desembocó en fiestas de todo género, como para aprovecharse del último tramo donde estaban permitidas.
Esto supuesto no es malo en la vida vivir algún periodo de contención y ayuno incluso desde el punto de vista higiénico. Pero se me antoja que lo importante de la Cuaresma es repensar la vida. Preguntarme dónde estoy, hacia dónde voy y sobre todo qué soy. No soy polvo. Soy es cierto limitación, contingencia que recuerda, el barro, la tierra de la que estoy hecho. Pero ni soy polvo ni en polvo me convertiré. Soy p’olvo enamorado. Mis miradas, mis lágrimas, mis paseos junto al mar, mis lecturas debajo de un árbol, mis besos y mis penas, mis horas de estudio y mis momentos de angustia, mi poquedad y mi grandeza están traspasadas de luz desde que Él me miró. La llamada muerte no es protagonista. Es el grano bajo la tierra que se hace espiga,  el agua que vuela en forma de nube, la flor que sazona en fruto.
Desde entonces ni la ceniza es triste.

miércoles, 2 de marzo de 2011

El AgUa De La ViDa

el agua es una fuente de agua para todos los seres vivos…
El agua (del latín aqua) es una sustancia cuya molécula está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O). Es esencial para la supervivencia de todas las formas conocidas de vida. El término agua, generalmente, se refiere a la sustancia en su estado líquido, pero la misma puede hallarse en su forma sólida llamada hielo, y en forma gaseosa denominada vapor. El agua cubre el 71% de la superficie de la corteza terrestre.[2] Se localiza principalmente en los océanos donde se concentra el 96,5% del agua total, los glaciares y casquetes polares poseen el 1,74%, los depósitos subterráneos (acuíferos), los permafrost y los glaciares continentales suponen el 1,72% y el restante 0,04% se reparte en orden decreciente entre lagos, humedad del suelo, atmósfera, embalses, ríos y seres vivos.[3] El agua es un elemento común del sistema solar, hecho confirmado en descubrimientos recientes. Puede ser encontrada, principalmente, en forma de hielo; de hecho, es el material base de los cometas y el vapor que compone sus colas.
Desde el punto de vista físico, el agua circula constantemente en un ciclo de evaporación o transpiración (evapotranspiración), precipitación, y desplazamiento hacia el mar. Los vientos transportan tanto vapor de agua como el que se vierte en los mares mediante su curso sobre la tierra, en una cantidad aproximada de 45.000 km³ al año. En tierra firme, la evaporación y transpiración contribuyen con 74.000 km³ anuales al causar precipitaciones de 119.000 km³ cada año.[4]
Se estima que aproximadamente el 70% del agua dulce es usada para agricultura.[5] El agua en la industria absorbe una media del 20% del consumo mundial, empleándose en tareas de refrigeración, transporte y como disolvente de una gran variedad de sustancias químicas. El consumo doméstico absorbe el 10% restante.[6]

El agua es esencial para la mayoría de las formas de vida conocidas por el hombre, incluida la humana. El acceso al agua potable se ha incrementado durante las últimas décadas en la superficie terrestre.
[7] [8] Sin embargo estudios de la FAO, estiman que uno de cada cinco países en vías de desarrollo tendrá problemas de escasez de agua antes del 2030; en esos países es vital un menor gasto de agua en la agricultura modernizando los sistemas de riesgo.[6]
El agua se puede presentar en tres estados siendo una de las pocas sustancias que pueden encontrarse en sus tres estados de forma natural.[9] El agua adopta formas muy distintas sobre la tierra: como vapor de agua, conformando nubes en el aire; como agua marina, eventualmente en forma de icebergs en los océanos; en glaciares y ríos en las montañas, y en los acuíferos subterráneos su forma líquida.
El agua puede disolver muchas sustancias, dándoles diferentes sabores y olores. Como consecuencia de su papel imprescindible para la vida, el ser humano —entre otros muchos animales— ha desarrollado sentidos capaces de evaluar la potabilidad del agua, que evitan el consumo de agua salada o putrefacta. Los humanos también suelen preferir el consumo de agua fría a la que está tibia, puesto que el agua fría es menos propensa a contener microbios. El sabor perceptible en el agua de deshielo y el agua mineral se deriva de los minerales disueltos en ella; de hecho el agua pura es insípida. Para regular el consumo humano, se calcula la pureza del agua en función de la presencia de toxinas, agentes contaminantes y microorganismos. El agua recibe diversos nombres, según su forma y características:[10]
Estas gotas se forman por la elevada tensión superficial del agua.
Copo de nieve visto a través de un microscopio. Está coloreado artificialmente.
  • Según su estado físico:
    • Hielo (estado sólido)
    • Agua (estado líquido)
    • Vapor (estado gaseoso)
     
Precipitación según desplazamiento
  
Precipitación según estado

  

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El agua es también protagonista de numerosos ritos religiosos. Se sabe de infinidad de ceremonias ligadas al agua. El cristianismo, por ejemplo, ha atribuido tradicionalmente ciertas características al agua bendita. Existen también otros tipos de agua que después de cierto proceso adquieren supuestas propiedades, como el agua vitalizada.